Elisabeth Higgins O'Connor en MOAH, "blame/thirst", 2018.
Los Ángeles, siendo lo que es, una gran cuadrícula desértica con casi tantas galerías de arte en estos días como Starbucks, puede parecer abrumador cuando se trata de subirse al automóvil y llegar al punto de ir a ver algo de arte. Seamos realistas, a veces pasamos más tiempo en la autopista para llegar a la galería o al museo que cuando realmente vemos la obra en sí. Dicho esto, la cantidad de buen trabajo que se está haciendo en esta ciudad requiere que recorramos la distancia proverbial.
MOAH, el Museo de Arte e Historia ubicado en Lancaster, es uno de esos destinos, localizado en el cálido y árido telón de fondo del paisaje desértico. Al timón está Andi Campognone, cuyo programa durante los últimos años ha reflejado tanto un buen ojo como una conciencia decisiva del nuevo arte hecho y exhibido hoy. Las exposiciones en MOAH son siempre imaginativas e intelectualmente estimulantes, a menudo fusionando ciencia, historia y arte. La exposición actual Woven Stories traza la estructura narrativa de la creación de arte en lo que respecta a la fibra y la historia de la narración a través de la forma visual. Los resultados son visualmente deslumbrantes, las historias familiares, pero frescas.
Vista de instalación de Ray Blender en MOAH, 2019. Foto de Mido Lee
En la dirección opuesta hacia el sur se encuentra el Museo de Arte Laguna, donde los espectáculos abarcan una variedad de disciplinas culturales. La mayoría de las exposiciones presentan una estructura narrativa inherente que vincula el trabajo con una conciencia social más amplia. Esto es cierto en la exposición actual, Self-Help Graphics, 1983–1991, que celebra el taller de grabado y el centro de artes del Este de Los Ángeles que surgió del fundamental e innovador movimiento de arte chicano de la década de 1960. Dirigido por el director ejecutivo Malcolm Warner, el Museo de Arte de Laguna continúa explotando el rico patrimonio cultural que existe en Laguna Beach al tiempo que amplía el programa del museo para incluir otras modalidades y formas de ver.
Elisabeth Higgins O'Connor en MOAH, “hate stayed the ending” (detalle), 2018.
Aún así, algunos lugares están más cerca de casa para algunos de nosotros. Tal es el caso de la galería Mike Curb College of Arts, Media and Communication de Cal State Northridge, que (por suerte para mí) se encuentra a unos cientos de metros de mi salón de clases de CSUN. Una vez más, al igual que con los otros dos lugares que mencioné, las galerías de Northridge están comprometidas con el arte socialmente consciente que refleja la cultura en constante cambio en y alrededor del área de Northridge y la metrópolis circundante. Muchas exposiciones se esfuerzan por apoyar a exalumnos, incluidos Judy Baca y Jeffrey Vallance, quienes tuvieron exposiciones individuales en el campus el año pasado. Una vez más, el trabajo de estos artistas habla de cuestiones de identidad y responsabilidad personal, generando una conciencia más profunda de nuestro clima político pasado y presente.
En Los Ángeles, “recorrer la distancia” a veces puede ser un desafío dada la vasta extensión de la ciudad, pero si tienes un juego confiable de ruedas y ganas de ver obras de arte realmente buenas, adelante, ¡quema un poco de goma!